El borrador final del primer acuerdo negociado intergubernamentalmente sobre la gobernanza de la migración, el Pacto Mundial para las Migraciones, fue lanzado semanas atrás. Esta no es una pequeña hazaña, dadas las grandes divisiones en la opinión sobre este tema en todo el mundo y los reveses anteriores en el proceso. Refleja un sentimiento común de que la migración es un fenómeno global de gran importancia que requiere coordinación global.
Ante este telón de fondo, nos entusiasma lanzar el Informe GEM 2019 sobre migración, desplazamiento y educación el 20 de noviembre. Sus hallazgos y recomendaciones no podrían ser más actuales. El detalle que lleva nuestro informe sobre el tema será un complemento perfecto para los compromisos prometidos en el Pacto. Ayudará a crear un vínculo aún más fuerte entre las prioridades del Pacto y del ODS 4, uniendo dos agendas y creando claridad para los países que ahora tienen la tarea de convertir las promesas en políticas.
¿Qué dice el Compact sobre la educación?
La palabra educación aparece 15 veces en el documento de 34 páginas, y aparece en relación con no menos de 10 de los 23 objetivos del Pacto. Los enlaces encontrados en el documento entre migración y educación muestran que este es un ejemplo clásico de la necesidad de colaboración sectorial en el espíritu de los ODS. En este mismo sentido, la migración es también una de las áreas de enfoque en el Foro Político de Alto Nivel de 2018 que tuvo lugar en el mes de julio. Pero tres objetivos se destacan por ser el más importante para el progreso del ODS 4. El primero es el Objetivo 15 sobre el acceso a los servicios básicos para los migrantes. Haciéndose eco del lenguaje de no dejar a nadie utilizado en toda la agenda de desarrollo sostenible, este objetivo busca asegurar que “todos los migrantes, independientemente de su estatus migratorio, puedan ejercer sus derechos humanos a través del acceso seguro a servicios básicos […] mientras aseguran que cualquier diferencial el tratamiento debe basarse en la ley, ser proporcionado, perseguir un objetivo legítimo, de conformidad con el derecho internacional de los derechos humanos”.
Continúa prometiendo “Proporcionar una educación inclusiva y equitativa de calidad a los niños y jóvenes migrantes, así como facilitar el acceso a oportunidades de aprendizaje permanente, incluso mediante el fortalecimiento de las capacidades de los sistemas educativos y facilitando el acceso no discriminatorio al desarrollo de la primera infancia, formal escolaridad, programas de educación no formal para niños a los que el sistema formal es inaccesible, capacitación laboral y vocacional, educación técnica y capacitación lingüística, así como el fomento de alianzas con todos los interesados que pueden apoyar este esfuerzo “.
Es una larga lista de peticiones, tal vez, pero que cubre muchos de los objetivos del ODS 4, y el énfasis renovado en el principio de no discriminación es bienvenido. El segundo es el Objetivo 16 sobre el empoderamiento de los migrantes y las sociedades para lograr la plena inclusión y la cohesión social. Dos acciones relacionadas con este objetivo implican cambios en la manera en que muchos países actualmente están administrando la educación de los inmigrantes. “Desarrollar objetivos de políticas nacionales a corto, mediano y largo plazo con respecto a la inclusión de los migrantes en las sociedades, incluida la integración en el mercado laboral, la reunificación familiar, la educación, la no discriminación y la salud, incluso fomentando alianzas con partes interesadas relevantes”.
Promover entornos escolares acogedores y seguros, y apoyar las aspiraciones de los niños migrantes mejorando las relaciones dentro de la comunidad escolar, incorporando información empírica sobre la migración en los planes de estudios y dedicando recursos específicos a escuelas con una alta concentración de niños migrantes para la integración actividades para promover el respeto por la diversidad y la inclusión, y para prevenir toda forma de discriminación, incluido el racismo, la xenofobia y la intolerancia. Este último se alinea bien con el sentimiento en el objetivo 4a de los ODS sobre “entornos de aprendizaje seguros e inclusivos” y con las aspiraciones contenidas en el objetivo 4.7 sobre ciudadanía global. El tercero es el objetivo 18 de invertir en el desarrollo de habilidades y facilitar el reconocimiento mutuo de habilidades, cualificaciones y competencias.
La falta de correspondencia entre las calificaciones de habilidades en algunos países y el reconocimiento de habilidades en otros deja tanto talento desperdiciado, lo que resulta una total frustración. Un compromiso global para desarrollar normas y directrices para el reconocimiento mutuo de calificaciones extranjeras y habilidades no formalmente adquiridas, trabajar en la comparabilidad de los marcos nacionales de cualificaciones, involucrar al sector privado, extender programas de pasantías y tutoría, y proporcionar capacitación específica para el idioma podría miles, si no millones, de vidas de personas alrededor.
¿Dónde está el próximo?
A dónde nos lleve este avance dependerá de los mecanismos de revisión que se establecerán para examinar el progreso. El GCM no es vinculante. Habrá un Foro Internacional de Revisión de Migraciones en 2022, 2026 y 2030, aunque esto no es lo mismo que un mecanismo de revisión formal, que deja la responsabilidad, como nos faltaba en el Informe GEM 2017/8. Además de los mecanismos de transparencia, rendición de cuentas y evaluación del desempeño, también está la cuestión del apoyo que ahora se brinda a los Estados miembros en sus esfuerzos nacionales de implementación. El Compact es solo eso, un compacto. Ofrece un mensaje positivo para la educación como una oportunidad para aprovechar al máximo los flujos migratorios. Pero los detalles deben ser detallados. Y ahí es donde será útil el Informe 2019 GEM, con su análisis global completo de políticas probadas, probadas, fallidas y probadas.
Fuente: Campaña Mundial por la Educación –CME