Desde 2003, las elecciones en la Federación Universitaria Local (FUL) de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) se han visto rodeadas de tensión y cinco conflictos violentos. Autoridades y estudiantes señalan que se debe a la búsqueda de espacios de poder dentro de la casa de estudios superiores.
“Es necesaria una auditoría , no sólo a las últimas elecciones, sino a la gestión de la FUL. Hace dos años observamos las elecciones en las que ganó el grupo de (Álvaro) Quelali (supuesto ganador de la reciente elección). En los centros de los distintos niveles y hasta en la CUB (Confederación Universitaria Boliviana) tenemos dirigentes dinosaurios que están años sin salir de la UMSA. Los perjudicados somos los estudiantes”, reclamó una de las universitarias que pidió no publicar su nombre. Es parte de los universitarios que rechazan a ambos bandos que se enfrentaron recientemente.
“Estas pugnas se dan más que todo por temas de liderazgo. Influyen sectores docentes o incluso corrientes políticas externas. Es porque la toma de decisiones en la universidad se hace bajo el cogobierno, es decir con la participación de los estudiantes. Dentro de los órganos de decisión, como en el Honorable Consejo Universitario (HCU), estos son representados por la FUL. Eso hace que la instancia estudiantil tenga un peso y poder político específico para ciertos grupos”, dijo el ejecutivo de la CUB, Max Mendoza.

Foto: Paulo Lizárraga / Página Siete
El rector de la UMSA, Óscar Heredia, ejecutivo de la FUL durante su tiempo de estudiante, indica que lo que hay detrás de los conflictos son intereses, no solo en la FUL, sino dentro de los centros de estudiantes de las diferentes carreras y facultades.
“Ya no hay posiciones ideológicas claras. La mayoría de los dirigentes tienen intereses prebendales y clientelares para sus grupos de poder, no es su prioridad resolver los problemas de los estudiantes”, manifestó la autoridad.
18 años de inestabilidad
El pasado 21 de noviembre, en predios de la UMSA, los frentes Ruge y Sinergia se enfrentaron de forma violenta por el control de la FUL. Los últimos llegaron armados de palos, petardos, explosivos y armas blancas para desalojar a los primeros, que ya días antes tomaron por la fuerza el Monoblock Central denunciando un fraude en las elecciones estudiantiles del pasado 8 de noviembre.
“Lo que pasó en la UMSA lo estamos viendo de mucho tiempo. En los últimos años se calmaron los conflictos. Antes era común que tras una elección los estudiantes se agarraban a palos. Hemos modificado el estatuto orgánicos de la confederación y eso ha permitido que se entre al diálogo. Hubo una elección de la FUL hace tres años (2018) y no hubo problemas”, indicó Mendoza.
Sin embargo, los registros indican lo contrario. En 2018 la elección que también le dio la victoria al grupo de Quelali se desarrolló en medio de facultades que cerraron sus puertas, gasificaciones y enfrentamientos. Algo común durante los últimos 18 años.
El 28 de noviembre de 2003, tras una serie de irregularidades y los conflictos y la Guerra del Gas, los estudiantes tomaron el Monoblock de la UMSA para exigir la renuncia del entonces dirigente de la FUL Diego Salazar, que pese a las denuncias pretendía prorrogar su gestión. Con varias acusaciones en su espalda fue sacado de la UMSA desnudo y a patadas.
Desde entonces no se logró consolidar un liderazgo fuerte en la FUL. Los ejecutivos eran cambiados antes de terminar su gestión por diferentes denuncias.
En 2007 se intentó realizar una elección que se anuló porque hubo quema de ánforas y enfrentamientos. En 2011, el entonces dirigente elegido en 2009 llamó a elecciones, pero el HCU rechazó el proceso, lo que causó peleas y dejó a los universitarios sin representación estudiantil por años.
En 2014 los representantes de cada facultad intentaron realizar una elección para salir de la situación. Esta se suspendió porque dos facultades impugnaron el proceso y se desató la violencia.
En 2015 se corrió la misma suerte, cuando un grupo de encapuchados se robaron las ánforas, gasificaron a los universitarios y provocaron enfrentamientos en el edificio central y en cinco facultades. Hubo seis personas detenidas.
En 2016 las elecciones se realizaron en medio de enfrentamientos y un polémico resguardo policial. El ganador fue Jaime Grajeda, quien en 2018 fue cesado por el HCU por ser un estudiante egresado hace más de dos años. En su lugar, Quelali asumió la conducción de una dirigencia paralela.
En la mencionada elección de 2018 Quelali fue acreditado como ejecutivo de la FUL, en medio de reclamos similares a los de ahora. El aún estudiante ya por más de seis años es cuestionado por querer mantenerse en la dirigencia de manera indefinida.
“Reprochamos el tema de los actos vandálicos generados por cualquier parte, llamamos a ambos bandos a deponer actitudes. La universidad es un ligar donde debe generarse el debate y el diálogo”, apuntó Mendoza.
También pasa en la UPEA
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El Alto En marzo, una asamblea del área financiera de la Universidad Pública de El Alto terminó en la pugna por el centro de estudiantes. Un conflicto que se suscitó en varias carreras.
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Luto En el forcejeo, 11 universitarios cayeron al vacío desde un cuarto piso; siete perdieron la vida y cuatro quedaron heridos. Se reveló una “dictadura dirigencial” que usa chantajes con becas, bonos y notas.
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Denuncias Muchos de los estudiantes señalan que son los centros de estudiantes los que se quedan con los cupos de estos beneficios y deciden a quién favorecer con ellos.
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Mafia “Todos los de la FUL, el representante, nos obligaban a ir. Mi compañero está muerto por su culpa. Él quería acceder a la beca trabajo o al bono comedor, así lo obligaron”, exclamó entonces la compañera de uno de los fallecidos.
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Justicia Hasta septiembre, siete de los imputados por estos hechos se acogieron a un juicio abreviado y fueron sentenciados a tres años de cárcel.
Es decir que el apoyo político de un frente estudiantil -y más si es parte de un centro estudiantil como la FUL- es muy importante, porque puede inclinar la votación a uno u otro candidato y darle peso y gobernabilidad. Y es que con el voto ponderado, de acuerdo a la cantidad de votantes de la última elección, el voto de un docente equivale al de 19 estudiantes.
Varios rectores ganaron las elecciones solo con el voto docente, lo que siempre puso en duda su representatividad y dificultaba su gestión, pues siempre estaba en la mira.
“Pero, además de los votos, es importante la representación estudiantil porque tiene un lugar dentro del HCU, bajo el principio de cogobierno. Es decir que es parte de la toma de decisiones que marcan la construcción de la universidad”, indicó Mendoza.
Heredia añadió que este estamento estudiantil también tiene un lugar en el Consejo Académico Universitario, cuya función constituye la más alta responsabilidad educativa. Se encarga de coordinar actividades académicas, proyectos de investigación, políticas, creación de nuevas carreras, etc.
Calculando que la UMSA tiene alrededor de 80.000 estudiantes, son al menos 240 mil bolivianos anuales que son administrados por la FUL.
Se suma un ingreso por el IDH que es destinado a temas académicos. Por ejemplo, en febrero de 2020, con estos fondos se pagó el viaje de varios dirigentes de la FUL al “XII Congreso Internacional de Educación Superior 2020” que se realizó en Cuba y que era muy importante a nivel académico. El costo fue de 397.829 bolivianos.
Pero, además, hay un aporte por postulaciones y otro fondo para infraestructura.
Heredia manifestó que antes también se daba diferentes becas a los dirigentes y que ellos tenían la posibilidad de dirigir estos beneficios.
“En mi gestión hemos cortado eso, las becas trabajo y auxiliaturas ahora se dan por medio de un departamento especial y de forma transparente. Para la administración de recursos se les pide proyectos, para evitar mal uso de recursos”, insistió.
- 2018 Ese año los estudiantes observaron las elecciones, que se desarrollaron en medio de gasificaciones y control policial, argumentando que las irregularidades venían incluso desde la conformación del comité electoral.
- Comité De acuerdo al artículo 6 del reglamento electoral estudiantil vigente, el comité electoral que llevará a cabo las elecciones a la FUL se designa “en consejo de dirigentes facultativos convocado por el primer secretario ejecutivo de la FUL”.
- Quejas Los alumnos cuestionan que el ente encargado de elegir el comité sea de los dirigentes facultativos y no una asamblea. Indicaron que con ello se evita que se pueda solicitar una rendición de cuentas del ejecutivo saliente ante todo el estudiantado. Además, el mecanismo pone en tela de juicio la imparcialidad del ente, lo que alimentó las denuncias de un posible fraude.
- Fallo Los estudiantes también observan que pese a las denuncias de fraude, por reglamento el comité electoral es impugnable. Además, el artículo 4 del documento citado señala que este ente es el máximo organismo en materia electoral y “sus decisiones son de cumplimiento obligatorio, irrevisables e inapelables”.
- Auditoría La semana pasada, la UMSA decidió realizar una auditoría a las ultimas elecciones en respuesta a las denuncias de los estudiantes.
Las elecciones del 8 de noviembre empezaron el conflicto de la UMSA. Un grupo denuncia fraude y el otro antagonista que hay fines desestabilizadores.
13/10 El comité electoral firmó la convocatoria a elecciones a la FUL. Se fijó el 8 de noviembre para el día de la votación. Hubo observaciones a los requisitos para los frentes que po
8/1 Al terminar la votación, los resultados a boca de urna dieron la victoria, con el 63%, al Frente Ruge. Pero al terminar la jornada y cuando empezó la revisión de ánforas y actas la delegada de este frente fue impedida de participar.
9/11 El conteo oficial dio un giro y concedió la victoria al contendiente Sinergia que postulaba a Quelali a la reelección. Pese a lo ocurrido, el comité electoral emitió su informe.
10/11 Tras recibir el informe la CUB, procedió a la acreditación del presunto ganador. Afirmó que no le llegó ninguna impugnación o denuncia, pese a que una notaria pública notificó al comité.
16/11 La delegada de Ruge envió notas oficiales a diferentes autoridades para formalizar la impuganción. “Nos enteramos una semana después por las redes y la prensa, no es difícil ubicarnos”, sostuvo el ejecutivo de la CUB.
18/11 Ruge tomó el edificio central de la UMSA. Tres días después Sinergia intentó sacarlos por la fuerza, se detuvo a viarias personas por portar armas blancas. El rector también fue agredido.
FUENTE: PÁGINA SIETE
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