Las autolesiones son huellas que en medio del silencio quedan grabadas en la piel de muchos adolescentes en Bolivia que se hacen cortes en los brazos y piernas para canalizar emociones como la tristeza y la decepción, según la psicóloga de la Alcaldía de El Alto, Jenny Portugal.
Retos mediante redes sociales o el genuino deseo de alejar el dolor emocional, las verdaderas razones no son visibles como cada corte y cicatriz que marca de por vida el cuerpo de estos adolescentes.
Los casos reportados en un colegio de la ciudad de El Alto, vecina de La Paz, en el que 26 adolescentes de una misma unidad educativa presentaban cortes en los brazos, llamaron la atención y la alerta de las autoridades municipales.
Nueve de los jóvenes presentaban más de un centenar de cortaduras en los brazos, por lo que la Secretaría Municipal de Seguridad Ciudadana de El Alto, la segunda ciudad más poblada de Bolivia con casi un millón de habitantes, empezó a realizar talleres con padres de familia y estudiantes para informar cómo detectar estos autoflagelos y prevenir que aparezcan más casos.
“Es un tema que nos llama la atención y que ha requerido que el municipio tome cartas en el asunto”, expresó a Efe el secretario municipal de Seguridad Ciudadana de El Alto, Dorian Ulloa.
Según Ulloa, el caso de más de una veintena de estudiantes está en investigación para determinar las razones por las cuales se realizaron los cortes.
Sin embargo, añadió que es importante que la gente conozca las razones y los riesgos de estas prácticas.
La psicóloga de la Alcaldía de El Alto, Jenny Portugal, declaró a Efe que los adolescentes, en su mayoría mujeres, recurren a realizarse cortes en los brazos y las entrepiernas como una manera de liberar ciertas emociones reprimidas que no saben cómo afrontarlas.
“Es una carga emocional tan fuerte, que el adolescente no puede manejarlo”, señaló Portugal.
La experta añadió que los adolescentes cada vez cuentan con menos habilidades para manejar sus emociones y que en muchos casos no tienen con quién hablar sobre sus sentimientos o sus preocupaciones, lo que les lleva a aislarse más y recurrir a estas prácticas.
Al respecto, acotó que también pueden ser “señales silenciosas” de acoso escolar, violencia intrafamiliar, una violación o un duelo, por lo que es importante trabajar en la comunicación con los adolescentes.
Portugal sostuvo que es necesario que los padres de familia vean la manera de mejorar la comunicación con los hijos.
Por otro lado, Ulloa manifestó que muchos padres de familia en la ciudad de El Alto desconocen sobre estas prácticas y sus razones, por lo que es necesario que aprendan a detectar estas “señales silenciosas”.
Asimismo, agregó que en la ciudad de El Alto se incrementaron estos casos este año, por lo que trabajan en un “plan de contención” para informar y prevenir.
Además, enfatizó que se debe diferenciar el denominado “cutting”, cortarse en inglés, con otras autolesiones que pueden ser hechas para entrar a una pandilla o por otras razones.
Ulloa sostuvo que las redes sociales amplifican estas prácticas y a la vez desinforman a los jóvenes sobre ellas y lo que verdaderamente conlleva realizarse lesiones a uno mismo.
De acuerdo con la Asociación Boliviana de Lucha Contra la Autolesión, uno de cada diez adolescentes en Bolivia recurre a esta práctica. (EFE)
Fuente: El Diario
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