Entrevista a Nelly Alejo Limachi, joven alteña de 25 años
“No fui a la escuela porque siempre estuve en silla de ruedas, pero gracias a los programas de Alfabetización y posalfabetización mi vida es otra».
¿Cuándo iniciaste el Programa de Alfabetización?
Empecé los programas de alfabetización en 2009. No fui a la escuela porque siempre estuve en silla de ruedas y esa condición me perjudicó, por eso comencé con los programas de alfabetización y posalfabetización desde la primaria hasta acabar la secundaria.
¿Qué te ocurrió para estar en silla de ruedas?
Me dio polio a los tres años. Yo nací en el campo, donde no había vacunas ni hospitales y no se pudo hacer nada para curarme, así que ahora cargo con las secuelas de esa enfermedad y debo permanecer en silla de ruedas.
¿Cómo crees que te ayudaron estos programas en la vida?
Cuando me encontraron, yo no sabía leer ni escribir, claro que mis papás me ayudaron un poco, pero eso no fue como aprender y asistir al colegio.
Nunca pensé tener esa transformación de mi vida, quizá hasta ahora hubiera estado con el temor a la humillación y a la discriminación de la gente. Es algo que hasta ahora no me puedo creer. Realmente me ayudaron mucho.
¿De dónde eres y en qué lugar tomaste los programas?
Soy de El Alto y vivía en la zona Villa Tunari. Yo estaba en mi casa y un día los encargados del programa llamaron a mi puerta. Yo no salía de mi casa porque era una persona temerosa, mis papás tenían miedo de mandarme al colegio y toda mi vida he estado en una silla de ruedas. Por eso nunca tuve la oportunidad de valerme por mí misma. Además le tenía miedo a todos, era una chica muy temerosa y tímida. Ahora mi forma de ser ha cambiado totalmente.
¿Cómo te plantearon que serían las clases?
Le dijeron a mi mamá que iban a venir a mi casa a dictar las clases. Al principio me dio miedo porque nunca tuve una relación o contacto con otras personas que no sean mi familia, pero una vez que me convencí, poco a poco fui acostumbrándome a mi facilitador, que venía a enseñarme a leer y escribir tres veces por semana a mi casa.
¿Crees que fue difícil?
Al principio fue un tanto complicado, pero después cuando uno aprende a leer y escribir hay más ganas de continuar.
¿Cómo fue tu experiencia con posalfabetización?
Primero hice el programa de alfabetización y me gradué del colegio Raúl Salmón, allí me dieron mi certificado de primaria. Luego pasaron unos cuantos meses y a fin de año de 2010 volví a retomar las clases para cursar el programa de posalfabetización, programa que el Gobierno dijo que serviría para todas las personas que querían culminar sus estudios.
Me atreví a hacerlo, sin embargo esta vez yo tendría que salir a la calle para poder tomarlo. Recuerdo que era en plena Ceja de El Alto y me fue muy difícil asistir a clases porque los choferes del transporte público no querían recogerme, las calles eran malas para que yo pueda transitar, hasta que me acostumbré a hacerlo y lo hice.
Las clases se llevaban a cabo sábados y domingos en un Centro de Educación Alternativa (CEA), por lo que al poco tiempo decidí trabajar en la empresa de caramelos Watts porque me sentía una carga y quería aportar en mi casa y a mi familia.
¿Consideras que tomar los programas te ayudó a cambiar tu vida?
Creo que sí. Sin él no me hubiera atrevido a salir de casa ni conocer nuevas personas, ni un trabajo ni nada. Siempre quise superarme y demostrar que no soy una persona que se deja por las dificultades de la vida.
Conocí a muchas personas buenas, hice muchos amigos y compañeros que me hicieron conocer nuevas experiencias.
¿Cómo te apoyaron los facilitadores del programa?
Los facilitadores me empujaron a seguir adelante, me impulsaron para que jamás me rinda, que siga mi ritmo de estudio; al principio iban a enseñarme a casa, luego me llevaban y traían de casa al centro donde continué mis estudios secundarios, y siempre me trataron con cariño.
¿Cuándo te graduaste y qué empezaste a estudiar?
Me gradué en 2014 y luego decidí entrar a estudiar la carrera de filosofía y psicología a la Normal de Tarija. Actualmente ya estoy cuatro años estudiando, voy a terminar y más adelante quiero seguir aprendiendo más.
¿Por qué decidiste irte de la ciudad de El Alto a Tarija?
Me fui a Tarija cuando me gradué del Programa de Posalfabetización. Mi padrino fue el viceministro de Educación Alternativa, Noel Aguirre, y el director nacional del Programa, Ramiro Tolaba. Tomé la decisión de irme a otro departamento porque quise independizarme de mi familia y quería hacer mi vida sola. No fui a La Paz porque es una ciudad muy conflictiva y con mucho movimiento, por eso me incliné por Tarija.
¿Cuáles son tus actuales motivaciones?
Voy a entrar a la universidad porque quiero ser psicóloga y abrir mi propio consultorio para atender a personas que verdaderamente me necesiten. Me di cuenta en todo este tiempo de que hay una gran cantidad de jóvenes que necesitan apoyo para superar sus problemas y mayor orientación.
Más de 125 mil beneficiarios en 9 años de Gobierno
El Ministerio de Educación informó que a la fecha hay 126.709 personas, entre 15 y 65 años, que se beneficiaron con los programas nacionales de alfabetización “Yo sí puedo” y posalfabetización “Yo sí puedo seguir” en toda Bolivia desde 2009.
Ese año, el Programa Nacional de Posalfabetización (PNP) arrancó con una cifra aproximada de 9.461 personas y en diciembre de 2017 se registraron 24.383 participantes a escala nacional.
Según un informe actual de esa cartera de Estado, la tasa de analfabetismo de la población de 15 años para adelante disminuyó del 13,3%, registrada en 2001, al 2,5% a diciembre de 2017.
El Ministerio de Educación afirma que el PNP es voluntario y que muchos de los participantes no continúan su capacitación por diferentes motivos, como el trabajo o la familia; sin embargo, afirman que cada vez hay más personas interesadas en continuar con programas, cursos y talleres complementarios para mejorar su nivel de educación y salir profesionales.
El Programa Nacional de Alfabetización “Yo sí puedo” enseña a leer y escribir, mientras que el PNP “Yo sí puedo seguir” consiste en atravesar los conocimiento básicos que tienen los cursos regulares escolares de primaria y secundaria, y está adecuado también para sectores de personas con capacidades diferentes.
Fuente: CAMBIO